miércoles, 9 de junio de 2010

Sobrecualificación y Crisis en la Tierra del ladrillo

Resulta algo más que inquietante el artículo de El Confidencial, acerca de lo que supone tener demasiada formación en la España de hoy. Está claro que no se puede ser mano de obra sin ningún tipo de preparación: hay que luchar para rebajar drásticamente ese porcentaje del 40% de jóvenes españoles mayores de 18 años que no tienen ningún estudio.

Ahora, al parecer, no interesa tampoco tener mucha formación en un país donde el trabajo que hay no es de alto nivel: Las empresas creen que las personas muy preparadas son las que se pueden quejar de las condiciones laborales y, además, son personas que no sienten ningún apego al trabajo: si pueden, cambiarán a otro con mejores condiciones...

Entonces, ¿qué podemos hacer? La primera deducción que saco es que debemos adaptar nuestro currículum al puesto de trabajo al que queramos acceder. No sirve de nada poner que uno sabe varios idiomas si se presenta para cargar cajas en el Mercadona.

Otro aspecto muy importante que debemos aprender es a separar la persona del trabajo. Muchos de nosotr@s hemos sido condicionados por la cultura del éxito, asociando la realización personal con el éxito profesional. Con los tiempos que vienen no podemos seguir pensando así. Las personas valemos mucho más.

Finalmente, creo que debemos buscar nuevos incentivos en la vida. Las personas tenemos necesidad de crecer, de marcarnos objetivos e intentar conseguirlos. Si no, nos desorientamos, perdemos el sentido y vagamos sin rumbo. Hay que potenciar otros valores como la familia, la amistad, la colaboración social, etc.

Dejo el link al artículo... Si tienes dos carreras y hablas dos idiomas, no te contratarán nunca

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